jueves, 9 de abril de 2020

La disciplina - Primera Parte


Desde que Marcela nació supe sin dudas que llegaría el día en que se lanzaría al piso a hacer un berrinche, y ese día ha llegado. Ese día es inevitable, todos los bebés lo hacen alguna vez. Es parte de su maduración emocional. 

Cuando Marcela estaba más pequeña, solía decir: Ay Marcela, ¡te voy a dar pao pao!, como algo muy natural. En la cultura en la que fui criada es muy normal dar una nalgada a un niño berrinchudo o desobediente, pero cuando llegó el día de dar esa nalgada a mi bebé no me resultó tan natural, no me sentí cómoda, no tuve paz. En primer lugar, porque noté de inmediato que ella no comprendió lo que había pasado. En segundo lugar, porque inmediatamente ella comenzó a imitarme en eso (como lo hace con todo). Aplicando la lógica, no me parece muy racional decirle "no hagas berrinche" haciendo un berrinche. Un berrinche es una expresión del cerebro reptil, intuitivo, que sólo tiene dos respuestas: amenaza o supervivencia. Entonces, si nuestro hijo está teniendo un "episodio" y nosotros respondemos a eso con un "episodio", nos salimos de nuestras casillas, nos airamos y le damos una nalgada, entonces el niño va a quedar muy confundido. Cuando eso pasa, lo que le estoy enseñando es que cuando ocurre algo que no me gusta yo tengo derecho de enojarme, de gritar, de pegar, etc., y después nos sorprendemos de que hagan lo mismo, ¿no es ilógico?. Los niños aprenden por imitación, entonces estamos enseñando lo que hacemos, más que lo que decimos. 

Todo esto me hizo pensar mucho: ¿es esa la forma en que quiero abordar la disciplina de Marcela? y más aún, ¿qué es la disciplina? 
La disciplina es definida por el diccionario como: "Conjunto de reglas o normas cuyo cumplimiento de manera constante conducen a cierto resultado". Así que, es una definición bastante genérica, pero muestra unas palabras que a nosotros como adultos nos encantan: reglas, normas, resultados. ¡Maravilloso! Trata de poner reglas y normas que den resultados constantes a un bebé de 1 año y medio y luego me cuentas cómo te fue.

Después de intentarlo por algunas semanas instaurar una"disciplina" con Marcela sin resultado positivo a la vista, decidí que era hora de intentar algo más. Entonces empecé a  leer, investigar, preguntar a otras mamás y consultar a una amiga que es especialista en desarrollo infantil, etc.

Como en la multitud de consejos está la sabiduría, para comenzar aprendí que las pataletas son una etapa normal del crecimiento de los bebés. El conocimiento y el manejo de las emociones son asuntos que toman tiempo; los bebés necesitan aprender a identificar sus emociones y también a expresarlas de una manera socialmente aceptable (sin berrinches, conversando, etc.) Entonces, en su cerebro que está en entrenamiento, el berrinche es una estrategia de liberar la emoción que se produce en el momento (modulación emocional), llámese rabia, dolor, frustración, etc. Su cerebro inmaduro, no conoce una forma más "racional" de expresar lo que está sintiendo, no tiene más herramientas, entonces usa la que tiene. No podemos exigirle a un niño de año y medio que actúe con la madurez emocional de un adulto, no funcionará. 

Por eso creo cada vez más firmemente que la nalgada tradicional no es muy efectiva en estos casos, porque no aporta nada en el desarrollo emocional del bebé, no le enseña a manejar sus emociones y a lidiar con ellas. Puede que estés pensando: ¡Pero deja de hacerlo, así que funciona! No necesariamente, puede que deje de hacerlo por miedo a ser castigado, pero no ha aprendido a lidiar con eso. ¿Alguna vez has conocido un adulto berrinchudo? Yo sí, tristemente no aprendieron en la primera infancia esas lecciones importantes para la madurez emocional.

Otra cosa importante que aprendí en la multitud de mis consejer@s es que si realmente queremos criar a nuestros hijos en disciplina primero debemos entenderles, comprender sus necesidades emocionales es primordial:
1.Un niño necesita conectarse: Desde su nacimiento, los bebés necesitan conectarse con su entorno porque sólo así pueden protegerse y aprender. Muchas veces el llanto de un bebé sólo quiere eso, conectarse, requiere atención, de la verdadera. Algunas veces los niños expresan esta necesidad a través de un berrinche. Por eso, cuando el primer episodio de estos aparece es importante revisar la calidad y cantidad de atención que estamos dando al bebé. Ellos no comprenden que tenemos un informe importante que entregar dentro de una hora, y muchas veces es suficiente dejar lo que estás haciendo por unos minutos dedicarle algo de tiempo, levantarlo, contarle una historia, comer algo juntos, etc. Lo que sea suficiente para recargar su tanque de conexión.
2. Un niño necesita establecer relaciones de respeto mutuo, en las que se muestre amabilidad y firmeza. Muchas veces tendemos a pensar que los niños deben respeto a los adultos, pero realmente es una carretera de doble sentido, especialmente porque ellos aprenden por el ejemplo. Ellos necesitan aprender cómo establecer relaciones de respeto mutuo, y eso se consigue (o no) en casa. El niño necesita aprender que no precisa gritar, insultar o menospreciar para hacer oír su voz (primordialmente con el ejemplo, no hay nada peor para la educación que las contradicciones). Las relaciones de respeto mutuo son un ambiente seguro, por eso son tan importantes para los niños.
3. Un niño necesita saber que sus sentimientos son comprendidos. Aunque él mismo no pueda comprender totalmente sus emociones y sentimientos, él necesita saber que nosotros como adultos a su alrededor necesitamos entendemos cómo el se siente. Imagina la frustración que un bebé de año y medio o dos años puede sentir cuando está intentando ponerse los zapatos y pesar de que lo ha visto hacer cientos de veces no lo consigue, o cuando está tratando de comer y la comida se cae de la cuchara. Eso es muy frustrante para él y nosotros como adultos debemos comprender eso y hacérselo saber a ellos. Que el niño escuche: Entiendo que estés frustrado por eso, sé que estás triste por esto, etc. Eso le otorga tranquilidad. 
4. Un niño necesita habilidades socioemocionales, que sólo desarrollará haciendo. Ahí es donde la tarea de los padres es fundamental, porque se trata de aprovechar la vida como un gimnasio, cada ocasión es una oportunidad para mostrarles y permitirles crecer en el desarrollo de esas habilidades emocionales. Marcela necesita ser empática, amable, respetuosa, generosa, etc., y yo necesito aprovechar cada ocasión para enseñarle cómo se hace eso. Por ejemplo: una amiga suya se cayó y está llorando, yo puedo explicarle a Marcela porqué está llorando su amiga, qué puede hacer ella para hacerla sentir mejor. 
5. La única tarea de un niño de la edad de Marcela es explorar, conocer el mundo! Entonces mi tarea como madre es preparar y supervisar que esa exploración sea segura. Tengo que repetirme como un mantra que cuando Marcela se sube a un muro y yo le digo que no y la bajo de ahí, y ella vuelve a hacerlo y se repite la historia infinitamente, no es necesariamente un acto de desobediencia deliberada (según el pensamiento de un bebé). Ella sólo está haciendo lo que sabe hacer: aprender por exploración. Aunque nos duela en el alma ella aprenderá que es peligroso cuando se golpee o se lastime, no por mis palabras. Ella necesita probarlo. Por supuesto, no vamos a dejar que se lance de la escalera para que experimente que duele caerse de ahí, siempre debe ser supervisada. Nuestra tarea como padres a esta edad es promover su independencia, siempre que sea seguro. 

Entonces, ¿cómo puedo aplicar disciplina a partir de este conocimiento acerca de mi bebé? Esta pregunta es el meollo del asunto y no intentaré dar una respuesta absoluta (eso no existe en la crianza de los hijos), sólo daré mi opinión:
1. Como dijo una amiga que tiene dos niños, Mientras más invierta enseñándoles, menos invertiré corrigiéndoles. Es preferible tomar un tiempo antes de salir de casa para explicar "las reglas" de ese paseo, para que él sepa a qué atenerse: debe caminar de la mano de mamá o papá, compartir los juguetes con los otros niños (dependiendo de la edad de tu hijo, puede que esa "regla" no sea relevante), no debe alejarse de mamá o papá, etc., antes que pasar todo el paseo gritando que no puede hacer esto, o aquello. Puedes pensar: Pero no importa que le diga las reglas antes de salir de casa, siempre terminaré persiguiéndolo por el parque. Es ahí donde con mucha paciencia y amabilidad, puedes establecer límites: Como no obedeciste las reglas, entonces nos iremos a casa más temprano, etc. 
2. Los límites deben ir acompañados de alternativas. No puedes pintar en la pared, pero puedes pintar aquí. No puedes alejarte demasiado, pero puedes jugar aquí. Casi siempre hay una alternativa para ofrecer,  eso lo hace menos tentador para el niño. 
3. Una nalgada sólo ataca a la conducta, pero la disciplina debe ir más allá de la conducta y encontrar el origen de la misma para poder erradicarla. La conducta puede ser el llanto (Se puede escribir un libro sobre el llanto de un bebé), pero qué ocasiona el llanto.Yo he visto a padres castigar a sus hijos por llorar, cosa que me parece ilógica. El llanto tiene una razón, tal vez sinsentido para nosotros, pero completamente lógica para la mente del niño. Si entiendo porqué llora, puedo ayudarle a abordar esa emoción de otra manera. Eso es disciplina.
4. La urgencia es una trampa mortal para la educación. No podemos apresurar el crecimiento y/o la maduración. Sólo pasa cuando tiene que pasar, debemos ser pacientes. Si estamos esperando que un niño como Marcela atienda a todas las órdenes que le damos, y que no desobedezca ninguna de ellas, estamos destinados a fracasar. Eso forma parte de su desarrollo, no puedo apurar ese proceso. Sólo puedo aprovechar cada oportunidad para entrenar.
5. Un berrinche es una expresión de sus emociones. El bebé no tiene herramientas para volver a su centro emocional (calmarse) por sí mismo, las va adquiriendo poco a poco. Por eso, lo mejor que podemos hacer nosotros es mantener la calma. Nuestra calma es su calma. Cuando el bebé consigue calmarse, yo tengo su atención y ahí puedo enseñarle lo que sea pertinente.  

Muchas cosas más pueden decirse sobre la disciplina, por eso el título dice PRIMERA PARTE. Espero sus comentarios al respecto.