No sabía yo que
tantas supersticiones y creencias rodeaban la maternidad hasta que supe que
estaba embarazada y comenzó la avalancha de opiniones, la mayoría fundamentadas
en cuentos de las abuelas que han pasado de generación en generación y que hoy
en pleno siglo 21 siguen presentes en las mentes de muchos.
Antes de seguir
debo aclarar que estoy muy segura de que todas esas opiniones llegan a la
madre, sobre todo si es primeriza, con las mejores intenciones de ayudar en
este proceso en que todo es nuevo. Sin embargo, puede volverse un poco
estresante si las voces llegan a ser demasiadas.
Apenas supimos
de mi embarazo comenzamos a oír muchos consejos y tabúes, incluso de
desconocidos en la calle. Es impresionante como una barriga notable de 25
semanas en adelante te vuelve el centro de atención en muchos casos, y emergen
los expertos en los temas relacionados con el embarazo, el nacimiento, la
crianza, etc. Algunos de los consejos recibidos forman parte del acervo
popular. He aquí algunos de ellos:
- · Hay que comer por dos.
- · Si tienes la cara de esta forma es niño, si la tienes de esta otra es niña.
- · La mujer embarazada no puede hacer ejercicio, ni las labores normales del hogar.
- · Si ves la luna llena o un eclipse estando embarazada le salen lunares en la cara al bebé
- · Si una mujer embarazada le cae a correazos a un árbol frutal, éste puede dar más frutos. Sólo para primerizas.
- · Si tienes mucha acidez durante el embarazo es porque el bebé tiene mucho cabello.
- · Si no se cumplen los antojos de la madre, el bebé puede nacer con la boca abierta.
- · Si una mujer embarazada te corta el cabello se pone más abundante.
- · Una mujer embarazada no debe tejer, porque el cordón umbilical del bebé se puede enrollar en su cuello.
El
objetivo de este artículo no es refutar cada uno de estos mitos, ni fomentar el
escepticismo en estos asuntos populares. Sólo quiero recordar todo lo que me
han dicho a mí, y a tantas mujeres embarazadas en el curso de la historia. Pero
si pensaba que al finalizar el embarazo iba a terminar la lluvia de fantasías,
estaba muy equivocada. Realmente, ¡se pone peor! Nada atrae más consejos no
solicitados que cargar un bebé recién nacido en brazos. Cuando Marcela nació los
fetichismos se multiplicaron por la enésima potencia. Lo siguiente es una pequeña muestra de ellos:
- · Si el bebé llora y no quiere tomar del pecho es que lo eructó y por eso ya no le gusta.
- · Que le ponga leche materna en los ojos para que se le queden claros. (Ella lo hizo con sus hijos y le funcionó)
- · Las mujeres menstruando o embarazadas no pueden cargar bebés recién nacidos porque se ponen pujones.
- · Que ponga el primer pañal con meconio (la primera caca) del bebé en el techo a llevar sol para que no se pusiera pujón.
- · Para quitarle lo “pujón” a un bebé hay que acostarlo en el piso y que una muchacha virgen le pase por encima, en cruz, cuatro veces.
- · No se puede dar pecho en el sol porque se seca la leche.
- · No se puede cortar ni coser nada mientras se tienen los puntos de sutura porque no se sanan.
- · No se le pueden cortar las uñas al bebé antes de que se le caiga el ombligo porque se le pone aguado, es decir no se sana.
- · Si a un bebé se le corta el cabello, tendrá dificultades para hablar.
- · Si el bebé eructa el seno, se le debe pasar un peine y poner al bebé a mamar al revés.
- · Si lo cargas mucho, se va a acostumbrar a los brazos y después no va a querer más nada.
- · No puedes comer esto o aquello.
Esto es un botón
de muestra de todo lo que tiene que escuchar una mujer embarazada y una madre
primeriza. Muchas madres sucumben ante este tsunami de información no veraz,
otras tantas preferimos informarnos de mano de los profesionales y expertos.
Sin embargo, por no prestar atención a la cultura popular muchas veces somos
señaladas y criticadas.
En mi caso, pasé
todo el embarazo en Amazonas, donde trabajo junto a mi esposo, y fueron muchos
los “no puedes…” que tuve que escuchar: No puedes ir a la comunidad, no puedes
comer esto o aquello, no puedes andar en moto, etc. Una vez una persona me
dijo: ¿Qué hace usted cambimbiando por ahí todavía? Tenía más o menos cinco
meses de embarazo en ese momento, y con cambimbear se refería a estar en
Amazonas (donde vivo) y visitar la comunidad donde mi esposo y yo trabajamos (en
auto por supuesto). A veces sentía que la gente pensaba que Leover y yo éramos
locos o que no teníamos sentido común; tenía que recordarme que sólo se
preocupaban por nosotros y por el bienestar de la bebé.
Llevar a un niño
en el vientre durante nueve meses, traerlo al mundo y cuidar de él son tareas complicadas
que se pueden hacer todavía más pesadas llevando a cuestas el peso de los mitos
y leyendas de la maternidad.
PD: Estos mitos fueron colectados con la
colaboración de las @mamisqueamamantan. Muchas gracias por su colaboración.
Si conoces algún mito que no fue tenido en
cuenta, puedes compartirlo en los comentarios si deseas.