Quizá algunas personas pueden llegar a creer que cuando bebé nace no sabe absolutamente nada, que ese ser pequeñito está completamente en blanco. Pero realmente no es así, ahora sabemos que un bebé en el vientre de su mamá puede oír las voces que están a su alrededor y "probar" los sabores de lo que come mamá, así que al nacer puede reconocer las voces que más oyó durante esos nueve meses y al comer puede saber si es un sabor diferente a lo habitual. Estos son sólo ejemplos, pero un bebé en el vientre puede aprender muchas cosas más que le serán útiles una vez nazca.
Casi lista para gatear |
Cuando el bebé sale de la panza de mamá, rápido aprende qué es el hambre y cómo calmarla. Aprende que si llora alguien que lo ama mucho vendrá rápido a ver qué le pasa. Aprende que la leche que sale del pecho de mamá es muy deliciosa. Aprende que los brazos de mami y papi le ofrecen seguridad, por eso quiere estar ahí el mayor tiempo posible.
La sonrisa más bella de la tierra |
Ahora bien, conforme el bebé va creciendo va experimentando aprendizajes más complejos, como el de su idioma materno y algunas actividades que ve hacer a los demás. Entonces comienza a pronunciar sonidos que imitan el lenguaje de los que le rodean y también utilizar sus manos para hacer lo que ve a su alrededor. Marcela, por ejemplo, disfruta mucho jugando con ollas y cucharas de madera mientras me ve cocinar. Ella me está imitando.
Experimentando con los alimentos (seis meses) |
También le da palmadas a los juguetes por la espalda para dormirlos, mueve las manos cuando está "conversando", e incluso en una ocasión la encontramos con los pies llenos de talco tal y como ella ve a su papá hacer cada vez que se va a colocar zapatos. Si le das lápiz y papel mueve el lápiz como si estuviera escribiendo y si agarra un teléfono, o cualquier otra cosa (hasta un plátano) se pone a hablar y mover las manos como ve hacer a su alrededor. Baila cualquier música que oye, el paso más reciente es mover la cabeza al ritmo de la música. Aplaude, responde algunas preguntas, juega. Ahora que camina está aprendiendo a bajar y subir los escalones. Cada día, en cada juego, ella aprende. En la iglesia, levanta la mano al son de la música.
Aprendiendo a sostenerse sentada |
Al ver a Marcela imitarnos en tantas cosas me asusté un poco y me sentí responsable de ser digna de imitar. A la larga, cuando el tiempo pase y Marcela crezca aún más, muchos de su hábitos, de sus actitudes y sus reacciones habrán sido aprendidas de nosotros, sus papás, quienes pasamos la mayor parte del tiempo con ella.
Así que ahora es el momento de sembrar, de orar con ella, de enseñarle a cepillarse los dientes, de recoger con ella sus juguetes, etc. Ahora es el momento de ser para ella lo que queremos que ella sea, de poner a su alcance ejemplos para imitar que le ayuden a crecer integralmente.
Gracias a Dios que nos ha dejado su Palabra para ser instruidos en ella sobre cómo criar a nuestros chiquillos en la instrucción del Señor.
Que Dios nos ayude a ser buenos hijos suyos, atentos a su Palabra, seguidores de sus preceptos, porque de esa manera seremos dignos de ser imitados por nuestros hijos. No hay nada peor para un niño que oír una cosa y ver que el que se lo dijo hace todo lo contrario. El niño necesita firmeza, y parte de esa firmeza consiste en un ejemplo firme y consistente de integridad.