Cuando unos padres primerizos
llegan a casa por primera vez con su bebé, uno de los retos más grandes es
identificar por qué llora el bebé. Es como un rally de descarte que comienza
obviamente por la comida, luego el pañal, si tiene calor o frío, etc. Al final,
después de intentarlo todo, resulta que algunas veces ninguna de esas era la
respuesta; sólo necesitaba sentirse seguro y eso lo consigue en los brazos de
sus papis. ¡Sí! Sólo necesitaba sentirse protegido. Esta es una necesidad igual
que comer o dormir.
Marcela contaba con 15 días de nacida en esta foto |
Claro, no falta quien diga: “No
lo cargues mucho, se va a malacostumbrar a los brazos”. Siendo que los brazos
son una necesidad para el bebé como lo es comer, el contenido de esa frase es
como si dijeran: “No le vamos a dar comida porque se va a acostumbrar a comer” “No
lo duermas que se va a malacostumbrar a dormir”. Ellos necesitan comer y dormir.
Ser cargados les proporciona seguridad y confort, no es un capricho, es una
necesidad.
Leover porteando a Marcela y ella feliz de estar tan cerca de papá |
¡Qué bueno que Dios no piensa de
esa manera! Más bien la Biblia dice que su oído está atento a nuestras
oraciones, que él atiende a nuestras necesidades y que cuando clamamos él nos
responde. ¡Qué maravilloso es cuando en un día difícil puedes saber que Dios
está cercano a ti, que estás escondido bajo la sombra de sus alas! Cuando
comenzamos a conocer a Dios, aprendemos que podemos confiar en Él porque nos
responde.
De la misma manera los bebés
aprenden a confiar en los adultos que les cuidan, generalmente sus padres, porque
estos responden a su llanto para suplir sus necesidades, incluida la de ser
cargado en sus brazos. Yo como madre deseo que mi hija sepa que puede confiar
en mí, que yo estaré ahí cuando ella me necesite. No deseo para nada que Marcela
crea que yo le ignoro, o se sienta abandonada, o que no puede contar conmigo. Mi
mayor deseo es que se sienta amada. Esa es la base de su autoestima en el
futuro. Todo comienza aquí y ahora.
Además, ¡ellos crecen muy rápido!
Hace poco esperábamos a Marcela con ansias, y ya va a cumplir tres meses. Ya
pronto va a gatear, luego va a caminar y correr. Si no la cargamos ahora,
entonces ¿cuándo? Luego, sus necesidades serán diferentes y querrá estar todo
el día corriendo por todos lados. No puedo recordar a ningún niño de cinco años
que no quiera bajar de los brazos de sus padres debido a que lo cargaron “mucho”
cuando era bebé. El desarrollo físico y mental del bebé sigue su curso
naturalmente, y conforme pasa el tiempo requerirá menos de los brazos de papá y
mamá, pero sabrá que éstos están ahí cuando lo necesite.
Como dato extra, según las más
recientes investigaciones, un bebé que es cargado en comparación con un bebé
que pasa mucho tiempo en su cuna o coche se adapta mejor al entorno, consolida
su vínculo afectivo con sus padres, tiene mejor tono muscular, hace mejor la
digestión, presenta menos cólicos y vómitos, entre otros. Por otro lado, su
autoestima, seguridad en sí mismo e independencia se basan en la calidad del
apego que desarrollen con los adultos que le cuidan, y esto se logra
principalmente cargándolos cuando lo requieren y haciéndoles saber de todas las
formas posibles que no están solos y desprotegidos.
Ahora es el momento que puedo
expresar mi amor a través de mis brazos, y estrechar un vínculo que durará toda
la vida, aunque me duela la espalda en el proceso.
"Al
contrario, estoy tranquilo y tan calmado como un niño recién amamantado que
está en brazos de su mamá." Salmos
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